Niño mordido por una yarará recibió suero antiofídico en Curuguaty, afirman
Al respecto, el doctor indicó que en el Hospital Distrital de Curuguaty se aplicó al niño el suero antiofídico y luego en el Instituto a su cargo. Sin embargo, no presentó mejoría, por lo que fue ingresado de urgencia a cuidados intensivos para compensar la falla de órganos.
El diagnóstico actual es que el pequeño se encuentra con muerte cerebral.
En ese sentido, señaló que la aplicación de dicho suero no fue a tiempo y que ese factor – la velocidad de aplicar el antiofídico – es fundamental y determinante para salvar la vida de la persona que fue mordida por una serpiente. El mismo debe ser aplicado por un profesional vía intravenosa y no así vía intramuscular o en cualquier parte del cuerpo.
En cuanto al daño, sostuvo que depende de varios factores, como el tamaño de la víbora, su capacidad de daño, el peso y el tamaño de la víctima y la realización o no de un torniquete.
Aconsejó no cortar la herida, chupar el veneno o ponerle nafta u otro líquido. En ese caso, solo debe lavarse con agua y con jabón e ir lo más rápido posible a un centro asistencial.
Por otra parte, el profesional precisó que durante los años 2012 al 2018 atendieron unos 150 casos de mordeduras de serpiente, un promedio de 1 por día, pero que esa cifra disminuyó entre 50 y 60, detallando que la cantidad de muertes de forma anual eran hasta 2 pacientes.
“Capaz hay menos casos porque se solucionan en los hospitales de cabecera o tal vez sea por una cuestión ambiental”.
Finalmente, solicitó frenar la presión sobre la familia del niño internado, luego de que se diera a conocer que los padres se negaron a donar sus órganos. “La ley establece que todos somos donantes, salvo expresa negativa del donante o la familia”, puntualizó.